Era 1928, el último año de la Presidencia del doctor Máximo Marcelo Torcuato de Alvear, un porteño aristócrata, militante histórico de la Unión Cívica Radical, que de muy joven había tomado las armas revolucionarias en el Parque de Artillería en defensa de la Constitución Nacional y del Sufragio popular.

Hombre dotado de un fino sentido artístico, como presidente de la Nación dió fuerte impulso a las artes y las letras y supo apoyar con entusiasmo al joven pintor criado en una carbonería de La Boca, Benito Quinquela Martín. El gobierno de Alvear promovió y financió la gira europea del gran plástico argentino que constituyó su presentación en sociedad en los grandes centros artísticos mundiales, donde se ganó un lugar entre los mejores.

A su regreso, el Presidente junto a sus ministros y otras importantes figuras del país, dieron la bienvenida a Quinquela, artista triunfante en el mundo, con una cena en su honor que se sirvió en el histórico Teatro Verdi de la avenida Almirante Brown.

La foto refleja la cabecera del banquete donde pueden identificarse desde la izquierda al ministro de Obras Públicas (luego Presidente de la República en 1938/42) Roberto Marcelino Ortiz, al presidente de la República de La Boca don Víctor Molina, el Presidente Alevar y a Benito Quinquela Martín.



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